CIUDAD DE MÉXICO, 14 de noviembre.- A 45 días de la persecución que sufrieron los 43 normalistas desaparecidos, la Procuraduría General de la República (PGR) no ha requerido información a los elementos militares destacados en el 27 Batallón del Ejército, en Iguala, en torno al conocimiento de los hechos.
Así lo revelaron diputados federales al reseñar la reunión privada que durante tres horas sostuvieron ayer con el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, quien reconoció que las autoridades municipales les ocultaron los hechos.
El titular de la Sedena se manifestó dispuesto a revisar la actuación de integrantes del batallón, pero negó que hubieran agredido a los estudiantes cuando acudieron a los hospitales donde eran atendidos los sobrevivientes.
En entrevistas por separado, los diputados Lilia Aguilar Gil, del Partido del Trabajo, y Ricardo Mejía Berdeja, de Movimiento Ciudadano, reseñaron que el general Cienfuegos Zepeda justificó que los elementos del batallón no se involucraran en el caso, toda vez que sólo pueden actuar si las autoridades así lo requieren o por flagrancia.
“Él fue muy cuidadoso. Se dedicó a dar hechos y nos dijo que la decisión de que si hay omisión o no tendrá que darse en un proceso legal adecuado, que pueda iniciar cualquiera de nosotros ante la Procuraduría y ante ellos mismos”, reveló la legisladora.
A la reunión, en las oficinas del funcionario federal, acudieron los siete integrantes de la Comisión Especial de San Lázaro que da seguimiento a la desaparición de los normalistas.
El legislador de MC le planteó al titular de la Defensa Nacional que el batallón habría sido omiso ante la persecución que afrontaron los normalistas.
En respuesta a este planteamiento, Cienfuegos Zepeda comentó que los militares “no oyeron detonaciones ni balazos el día de los hechos. Y tampoco tienen registrado que les pidieran auxilio”, narró Mejía Berdeja.
“(Esto es) contrario a lo que nos afirmó el procurador (Jesús Murillo Karam), que según alguna declaración, habían solicitado auxilio y se les había negado”, comentó el diputado de MC.
“Según el secretario Cienfuegos, el responsable del Batallón se comunicó con Felipe Flores, secretario de seguridad de Iguala, hoy prófugo y que les informó que no había ningún incidente”, narró Mejía Berdeja.
“Ahora ellos reconocen que se les engañó y que sólo pueden intervenir a pedido de las autoridades o cuando hay flagrancia. Pero no hubo, porque no escucharon nada ni les pidieron auxilio”, continuó el legislador.
Enfatizó el diputado de MC que el titular de la Defensa fue enfático en subrayar que ninguno de los 23 elementos de guardia en aquel momento en el batallón “ni se percató de persecuciones ni de las refriegas en el caso de Iguala”.
Detalló que, según el relato del secretario, posteriormente, recibieron una llamada anónima que alertó al C4 de que en el hospital Cristina había personas armadas.
“Ahí hay una contradicción, porque en voz de Omar García (estudiante sobreviviente), los uniformados llegaron, los amedrentaron, los golpearon y les dijeron que (las agresiones de la policía local) se las habían buscado. Pero según el parte del Ejército, nunca ocurrió esta conducta, aunque sí les pidieron los nombres, porque es algo de rutina, pero que no hubo golpes ni amedrentamiento”, expuso.
La diputada Lilia Aguilar Gil comentó que el secretario Cienfuegos dejó en claro que para actuar en situaciones como la entonces registrada en Iguala, deben cumplir ciertos protocolos.
Ante el cuestionamiento de si hubo omisión de los militares, “la respuesta es que siguieron un protocolo y este protocolo tiene que ver con que el Ejército no puede actuar en acciones civiles o de seguridad pública si no es a petición de una autoridad local”.
Aguilar Gil abundó: “Ellos hablaron con el director de Seguridad Pública, quien no solamente les dijo que no sucedía nada, sino que dijo que era mentira, que no había sucedido nada, que no había habido enfrentamientos y que todo estaba en paz. Y el encargado de Seguridad Pública del estado dijo ‘yo no sé nada y solamente voy a intervenir cuando así me lo pidan’. Entonces esto deja al comandante a la expectativa de que hubiese alguna cosa nueva, según el dicho del secretario”.
“Nos marcaron las distancias y nos mostraron mapas, y lo que nos dijeron es que no se escuchaba, y que inclusive nunca se vió el humo de la quemazón en Cocula”, pormenorizó la petista.