CIUDAD DE MÉXICO, 8 de abril.- Honestidad e imparcialidad son los valores que el aspirante a consejero electoral José Elías Romero Apis ofrece poner a disposición del Consejo General del IFE en caso de ser designado en el puesto que dejó Sergio García Ramírez.
Según el calendario que la Cámara de Diputados elaboró para elegir a quien ocupará esa vacante en el Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE), el próximo viernes habrá una lista de cinco candidatos que la Junta de Coordinación Política tendrá que revisar para llevar al pleno la propuesta de un único nombre.
José Elías Romero Apis asegura que en su hoja de servicios como funcionario público ha quedado plasmada limpiamente la imparcialidad en sus labores.
Al mismo tiempo, afirma que no está buscando empleo y que su principal motivación para ser consejero electoral es que la democracia se perfeccione con una mayor participación de los ciudadanos en los asuntos públicos.
—¿Cómo ha vivido el procedimiento de elección de consejero electoral?
—Es un proceso interesante, lo podemos llamar extraordinario porque no se da por renovación de consejeros en tiempos ordinarios, sino que se da porque un consejero renunció y dejó una vacancia que tiene que colmarse en el tiempo más breve posible. El proceso ha sido muy interesante.
—Se ha dicho que este procedimiento permite las cuotas partidarias para conformar el Consejo General y que con esto queden defendidos los intereses de los partidos al interior del IFE. ¿La forma de elección garantiza la autonomía del instituto?
—Yo diría que sí. La ley exige que los consejeros electorales sean imparciales, no que sean apartidistas, no que no tengan una preferencia electoral. Yo quiero creer que todos los que han ocupado el cargo de consejero electoral o casi todos han tenido alguna determinada preferencia partidista. No me los imagino como abstencionistas que no votan o que van a destruir su voto en la mampara.
“La única forma que garantiza que los consejeros no tienen una preferencia sería que fueran extranjeros, no residieran en México, que no les gustara la política, es decir, que fueran totalmente puros en cuanto a imparcialidad. No, la imparcialidad puede darse porque es un fenómeno de honestidad y conciencia, independientemente de que se tengan preferencias partidarias. Me gustaría comentar que soy un ciudadano que tiene preferencia por cierto partido, pero no siempre he votado por ese partido; aclaro que nunca he votado en contra pero no siempre a su favor, no siempre me han convencido sus postulaciones.
“Como funcionario de gobierno, que lo fui, mi hoja de imparcialidad está totalmente limpia. Como político sin comisión oficial, que lo he sido muchos años, he sido invitado por los principales partidos para participar con ellos; creo que lo han hecho confiando en mi profesionalismo y decencia. Como abogado he atendido a gobiernos municipales, estatales y dependencias de los tres partidos y ellos han confiado y hasta han pagado por mi profesionalismo y honestidad, y nadie ha salido defraudado y tampoco derrotado.”
— ¿Qué podría llegar a aportar un perfil como el suyo al Consejo General del IFE?
—Yo diría que, antes que nada, mi imparcialidad. Es lo más valioso que puedo tener y lo más fehaciente que hay. La experiencia, no lo puedo negar; tengo años de experiencia en el ejercicio público profesional que puede ser aprovechable, ponerse al servicio de la República. De llegar a ser el elegido en este proceso estaría renunciando a muchas cuestiones, pero lo hago en bien del país, estoy renunciando a mi posibilidad de ser diputado en 2015, a mi posibilidad de ser senador en 2018, estoy renunciando a mi posibilidad de incorporarme al gobierno federal o al gobierno de mi estado, estoy renunciando a la presidencia de este bufete, estoy renunciando a muchas cosas valiosas que pudieran estar a mi alcance, pero renunciaría a ellas por la convicción de lo que puede uno servir a una causa.
“No estoy buscando empleo, tengo la necesidad de trabajar por la democracia, por preservarla, por ampliarla y por defenderla.”
—¿Qué es lo que lo ha movido, qué se necesita hacer?
—Yo estoy muy orgulloso y muy preo-
cupado de la democracia mexicana. Estoy orgulloso porque México es uno de los dos países que ha tenido mayor tiempo de estabilidad electoral. Llevamos 92 años celebrando procesos electorales ininterrumpidamente, se han celebrado 18 elecciones presidenciales, 19 elecciones senatoriales y 34 procesos de diputados; en total 71 elecciones sin interrupción y ningún Poder ha quedado vacante, y eso solamente lo han logrado durante tanto tiempo México y Estados Unidos.
“Muchas veces no nos fijamos en nuestros logros, pero lo cierto es que es un gran valor mexicano la estabilidad; pero la democracia mexicana no es perfecta, es necesario seguirla avanzando. Hemos logrado un tripartidismo muy equilibrado, pero eso nos ha llevado como consecuencia a elecciones con resultados muy divididos y eso ha determinado que la mayoría de los puestos hayan sido electos sin contar con mayoría de votos, una paradoja de la democracia mexicana es que instala gobiernos de minoría, no de mayoría, pero es consecuencia de elecciones competidas, que sean equitativas y equilibradas.”
“Hemos privilegiado mucho el sistema de partidos y se ha construido una partidocracia; los partidos se han constituido en detrimento del ciudadano, y tres, hemos construido lo que yo califico como una nicecracia, es decir un gobierno de vencedores utilizando la palabra griega nike, victoria, un gobierno de vencedores y no un gobierno del pueblo. Es decir, una vez que se agota la jornada electoral, el pueblo no vuelve a ser consultado, ser tomado en cuenta para tomar decisiones.”
—Cuáles serían los principales temas a modificar en la legislación electoral para mejorar o perfeccionar lo que tenemos?
—Yo diría que dos, una de fondo de mucho fondo, que no sé si en el futuro cercano sea posible o esperar la maduración política, que es lo concerniente a la reelección inmediata de legisladores. Esto podría ser positivo porque obligaría a los propios legisladores electos y en ejercicio a estar muy en contacto con los electores, eso privilegiaría la relación elector-elegido.
“Otra de menor envergadura es el problema de los financiamientos de los partidos, de los topes de campaña, de la vigilancia y las consecuencias legales que pueden tener las violaciones de estos topes; hay quienes sugieren que deben tener consecuencias como anular la elección, otros consideramos que deben tener consecuencias sancionativas, pero no necesariamente castigar al elector con la anulación de la elección.
“Para esto necesitamos que los topes de campaña tengan la suficiente amplitud y nos ensoñemos con tenerlas tan estrechas que van a ser violadas en todos los procesos. Es cierto que no nos gusta que en las elecciones se gaste mucho dinero, pero al final debemos ser conscientes y maduros en una cosa: la democracia es cara, la dictadura es muy barata, llega a ser gratis, pero la democracia es cara.”
— Acerca de las facultades del IFE, En el Pacto por México se habla de un Instituto Nacional de Elecciones, con una facultad más, la de organizar procesos locales. ¿Cómo ve esta posibilidad?
— Al IFE le faltan algunas atribuciones para completar su espectro competencial y para integrar todas sus postestades porque todavía tiene algunas vacuidades. No me gustaría, soy un apasionado federalista y sufro mucho por los estados cada vez que se les quita una facultad. No me gustaría en lo personal que fueran autoridades federales las encargadas de organización vigilancia escrutinio y resolución de comisiones en los que no se dirimen funcionarios federales.
“Sería de la opinión que ni una facultad más se le quitara a los estados para regalárselas a la Federación.
“Lo que le falta al IFE son algunas facultades de fiscalización, de investigación, de observancia de las elecciones. Tiene muchas, está muy bien integrado, pero faltarían algunas cuantas. El IFE es complejo, es un órgano ejecutivo, es un órgano jurisdiccional, dirime controversias, y es un órgano legislativo, emite reglas y acuerdos que obliguen a los partidos. Por ejemplo, en el tema de fiscalización le faltarían instrumentos para solicitar datos específicos a particulares. Puede solicitar información a autoridades bancarias y hacendarias, pero le hace falta el poder dirigirse a ciudadanos y particulares como informantes o como testigos en procesos de investigación.”