CIUDAD DE MÉXICO, 3 de enero.- Bajar de peso y estar en forma, casarse, comprar una casa o un auto, son varios de los propósitos que nos hacemos cada que empieza el año; sin embargo, cumplirlos puede ser un reto para el bolsillo, principalmente en momentos como el actual.
Tan sólo para estar en forma un consumidor puede invertir más de cinco mil pesos en el primer mes, mientras que comprar una casa representa un gasto de hasta dos millones de pesos.
Gregorio Vidal, especialista en economía y negocios de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) menciona que en la situación económica actual, “hay que pensar muy bien las inversiones que hacemos, algunas de largo plazo, aunque en este momento existe la euforia del comienzo de año, se espera que 2012 sea complicado en términos económicos”.
Para ir al gimnasio, donde ya se ofrecen promociones y hasta la opción de no pagar inscripción, se requieren entre 500 y más de dos mil 500 pesos mensuales, esto dependiendo del centro que elija el cliente y el tipo de membresía; además para asistir al gimnasio es necesario comprar tenis y ropa deportiva, además del gasto de dieta “light”.
Y si la meta es ir con el nutriólogo u otro especialista médico, la consulta y tratamiento ronda los 500 pesos semanales, de tal forma que si un mexicano quiere en verdad ponerse en forma deberá invertir de dos mil 500 a cinco mil pesos para empezar a cumplir su propósito.
Otros tienen como propósito casarse, Rebeca, empleada de una joyería, confiesa que en diciembre “se venden muchos anillos de compromiso”, regalo que durante el año significará la realización de una boda.
“Casarse representa muchos gastos, mínimo necesitas más de 50 mil pesos, eso sin contar algunos detalles”.
Incluso, para la ocasión “hay ramos de novia que llegan a costar más de mil 500 pesos, hay gente que se puede gastar más de 15 mil pesos en las flores de su boda”.
También hay los que están decididos a invertir en un automóvil o departamento, en donde el precio de un auto depende del modelo, mientras que un departamento en la Ciudad de México puede alcanzar un valor de dos millones de pesos aproximadamente, aunque existen inmuebles de mayor o menor precio, esto dependiendo de la ubicación y de sus condiciones generales.