CENTENNIAL, Colorado, 7 de enero.- Los policías que acudieron al sitio de la matanza en un cine de Colorado el año pasado no pudieron contener las lágrimas mientras narraban sus recuerdos al inicio de una audiencia preliminar contra el presunto autor, James Holmes.
Los agentes narraron entre otras cosas que hallaron a una niña de seis años sin pulso, que impidieron que un hombre herido saliera de un coche policial en marcha porque quería regresar por su hija de siete años y que le pidieron a gritos a una víctima herida que no muriera.
«Después de ver lo que vi en el cine —algo horrible— no quería que nadie más muriera», dijo el agente Justin Grizzle, quien transportó a varios heridos al hospital.
Con barba y desaliñado, James Holmes, acusado de la matanza en el cine, no pareció exhibir emoción alguna ante los testimonios que rindieron el lunes Grizzle y otros agentes en la sala del tribunal, atestada.
Los sobrevivientes y familias de quienes murieron observaban tranquilamente. En cierto momento, una mujer cubrió totalmente su cara con las manos cuando un agente narró cuando encontró a la niña de seis años.
«(Holmes) es un desalmado, en verdad. No tiene emoción. No tiene sentimientos. No conozco a alguien que pueda vivir de esa forma», dijo Sam Soudani, cuya hija de 23 años, sobrevivió tras ser alcanzada por una esquirla de un artefacto que estalló en el cine.
En el primer día de una audiencia en la que se determinará si existen pruebas suficientes para enjuiciar a Holmes, el testimonio trajo a la memoria la emotividad de los días que siguieron a la tragedia del 20 de julio y que dejó 12 muertos y decenas de heridos en un cine en un suburbio de Denver.