PARÍS, 20 de diciembre.- Las marcas de lujo europeas despliegan la alfombra roja para los nuevos clientes ricos venidos de China.
Son adictos a las marcas de prestigio y muy desprendidos en sus gastos. China representa actualmente el 17% del mercado mundial de productos de lujo con un volumen de negocios de 23 mil millones de euros.
Los fabricantes elaboraron en paralelo dos estrategias: una anclada en China, la otra con el objetivo de explotar los 50 millones de turistas chinos que recorren el planeta y regresan a su país con los brazos llenos de regalos.
En París, los turistas chinos que llegan en autobuses enteros son la alegría de las grandes tiendas de la capital como Galeries Lafayette.
Los chinos son los compradores de productos de lujo más importantes del mundo. En promedio gastan por día y por marca unos mil 400 euros, según Global Blue, líder en la desgravación fiscal.
En los 90 las tiendas Cartier, Yves Saint Laurent, Chanel, Hermes o Gucci comenzaron a aparecer en China, pero pocos eran los que vistualizaban la importancia de eso.
Actualmente la clientela china representa el 30% del volumen de negocios de Gucci.
Burberry tiene 50 tiendas en China; Gucci y Vuitton unas cuarenta tiendas cada uno.
Casi todos los clientes chinos del lujo son «jóvenes y ricos», dos tercios tienen menos de 40 años y son empresarios, directivos o hijos de oficiales. Son los hombres los que más gastan.
«Muchos se aprietan el cinturón para consumir productos de lujo, porque tener un producto de una marca de lujo se considera como un símbolo de éxito».