ROMA, 12 de febrero.— El papa Benedicto XVI, líder de mil 200 millones de católicos en el mundo y el primer Sumo Pontífice en renunciar desde la Edad Media, ha enfrentado durante su pontificado una serie de crisis dentro de la Iglesia católica.
Desde los cientos de casos de pederastas al interior de la Iglesia católica, los documentos secretos que fueron filtrados a algunos periodistas (VatiLeaks), pasando por las traiciones de su equipo más cercano, donde se vio involucrado su mayordomo, hasta los rumores de renuncia desde hace un año, el pontificado de Joseph Rat-zinger ha sido de los más polémicos que han existido.
Aunque los escándalos de pedofilia comenzaron a salir a la luz pública cuando todavía estaba Juan Pablo II, fue a Ratzinger a quien le tocó enfrentar todos los casos de sacerdotes pederastas que surgieron por todo el mundo.
En febrero de 2008, en la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Sydney, Australia, Ratzinger precisó que los responsables de estos males debían ser llevados ante la justicia.
De los abusos sexuales registrados en las estructuras eclesiásticas en Irlanda se hablaba ya de tiempo y Benedicto XVI se ocupó casi desde que se convirtió en Papa, encontrando a los obispos irlandeses, primero en octubre de 2006 y luego en diciembre de 2009, un mes después de que se diera a conocer el Reporte Murphy, donde en 720 páginas se documentaron 320 casos de abusos por parte de 46 sacerdotes de la Arquidiósesis de Dublín, cometidos entre 1975 y 2004.
Antes del Reporte Murphy, en mayo de 2009 aparece el Reporte Ryan, una investigación de nueve años sobre otros casos (se habla de más de mil). Sin embargo, ninguna de estas dos investigaciones recibe la atención que esperan las víctimas.
Al inicio de 2010 los escándalos explotan también en Alemania y la atención se fija en los Ratzinger (Jospeh y Georg, su hermano) cuando el mapa se alarga a las zonas donde ambos han trabajado.
Fue el mismo Joseph Ratzinger, quien desde 2001, siendo responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y bajo la presión de los escándalos registrados y verificados en Estados Unidos, inicia a promover una línea de mayor rigor contra los casos de pederastas, pero evita eliminar la norma relativa al secreto, evitando así que los culpables puedan ser procesados y juzgados bajo la ley de los hombres y siendo amonestados sólo por la Iglesia.
El 19 de marzo de 2010 desde el Vaticano se difunde “La carta a los católicos de Irlanda” que, de acuerdo con algunos vaticanistas, ha sido uno de los documentos más significativos de su Pontificado.
Luego vino VatiLeaks, la fuga masiva de documentos privados que pusieron en evidencias las luchas de poder en el Vaticano. En febrero de 2012 comienzan a escucharse rumores de su renuncia.
El pontificado de Benedicto XVI se ha caracterizado por saltar de una polémica a otra a lo largo de estos siete años con diez meses, pues además de los escándalos de pedofilia, hizo de muchos discursos declaraciones que lejos de conciliar provocaron que en muchas ocasiones hubiera enfrentamientos.
Para la historia quedan sus declaraciones sobre el uso del condón y el VIH ( a su regreso de su primera gira en África), el caso del obispo Richard Williamson (uno de los cuatro obispos del movimiento lefevriano por sus discursos negacionistas), los enfrentamientos con el mundo islámico (al menos tres), hasta por haber equiparado la misa preconciliar con aquella postconciliar.
Incluso cuando el 12 de diciembre de 2012 abrió su cuenta en Twitter (@Pontifex), pasaron pocos días para que también en las redes sociales se armaran verdaderas polémicas por sus posturas siempre conservadoras.
Eran los últimos días de diciembre cuando el Papa dijo que “la eutanasia, el aborto y el matrimonio entre homosexuales son una grave amenaza para la paz y la justicia”.
“Las intenciones de convertir al matrimonio entre un hombre y una mujer jurídicamente equivalente a formas radicalmente diversas de unión son una ofensa contra la verdad de la persona humana y una herida grave que dañan la justicia y la paz”, manifestó.
Entonces el mundo también se le echó encima.
Autoridades preparan evento
El Vaticano dará una despedida a Benedicto XVI antes de que ponga fin a su pontificado, previsto para el 28 de febrero próximo, a la que espera asistan fieles de todo el mundo “y autoridades de muchos países”.
Así lo aseguró el cardenal decano, Angelo Sodano, en las palabras de agradecimiento que pronunció, tras anunciar el papa su renuncia al Trono de Pedro.
“Santo Padre, antes del 28 de febrero, día en el que, como usted ha dicho, desea poner fin a su servicio pontifical, realizado con tanto amor, con tanta humildad, tendremos el modo de expresarle mejor nuestros sentimientos, así haremos tantos pastores y fieles repartidos por el mundo, así harán tantos hombres de buena voluntad junto a las autoridades de muchos países”, dijo Sodano, sin precisar más.
El cardenal decano indicó en un breve discurso pronunciado ante el Papa que le habían escuchado “desorientados y casi del todo incrédulos” y que en sus palabras habían notado “el gran afecto que siempre ha tenido por la Santa Iglesia de Dios, por esta Iglesia que tanto ha amado”.
Sodano recordó cuando el 19 de abril de 2005 fue elegido Papa y a él le tocó preguntarle si aceptaba la elección canónica y le respondió, “temblando” que la aceptaba confiando en la gracia del Señor y en la materna intercesión de María”.
Benedicto XVI tiene previsto celebrar el próximo miércoles la audiencia pública y por la tarde acudir a la colina romana del Aventino para presidir los ritos del Miércoles de Ceniza, que abren el tiempo de Cuaresma.