Luis Costa Bonino, del marketing al pase de charola

CIUDAD DE MÉXICO, 3 de junio.- Luis Costa Bonino es el asesor en marketing político que presuntamente pidió seis millones de dólares para la campaña presidencial de Andrés López Obrador. También lo señalan como padre de la República Amorosa, proclamada por AMLO, y quien hizo que el tabasqueño cambiara el tono de su discurso, por uno menos beligerante.

Uruguayo, doctor en ciencias políticas por la Universidad de París, Costa jura y perjura que él no trabaja en la campaña del candidato de la izquierda y que tampoco es un pedinche, que únicamente es amigo del cineasta Luis Mandoki
—hombre de todas las confianzas del político tabasqueño–, y que juntos fueron a una cena con empresarios.

Fue en esa velada donde Costa supuestamente dijo: “hoy, lo que nosotros necesitamos para terminar la campaña y ganar la elección son seis millones de dólares”, reveló una grabación, que Costa aceptó como cierta el viernes pasado. “Ésta fue una cena privada. Privacidad que fue violada por la difusión de un audio clandestino, ilegal, editado y manipulado, con la intención de tratar de hacer creer a la opinión pública de que allí había ocurrido algo indebido, y entonces poder atacar políticamente al candidato presidencial López Obrador”.

Antes, el experimentado estratega ocupó 125 caracteres de los 140 disponibles en un tuit para decir: “Soy amigo de Luis Mandoki, no estoy contratado por ninguna campaña. Asistí con él a una cena privada y dí mi opinión personal”.

El 11 de abril pasado, en conferencia de prensa, López Obrador aseguró que no conocía a Costa Bonino. “¿Cómo dices que se llama?”, le preguntó el candidato presidencial al reportero de El Economista. “Luis Costa Bonino, que le dirigió la campaña a Lula”, respondió el periodista. “No, no, tenemos un Luis, el que me ayuda para que no vayan, no, no, no, sí hay un Luis y ahorita me estoy acordando, el que maneja nuestra campaña en imágenes es Luis Mandoki, para que quede claro”, dijo en esa ocasión Andrés Manuel.

Costa Bonino trabajó en 2006 para el ex priista convertido en perredista, César Raúl Ojeda Zubieta, cuando éste buscaba la gubernatura del estado de Tabasco, con el visto bueno de López Obrador, quien entonces también buscaba la Presidencia de México. Luis Costa fue acusado de operar la guerra sucia en contra del priista Andrés Granier, que a la postre fue el vencedor de la elección.

Adrián Hernández Balboa, coordinador de campaña de Granier, denunció el 10 de octubre de 2006 que había una guerra sucia montada por el PRD para reventar las elecciones de Tabasco.

“Andrés Granier Melo no caerá en las provocaciones y la maraña de violencia montada por el asesor uruguayo de César Raúl Ojeda Zubieta y Andrés Manuel López Obrador, el señor Luis Costa Bonino, porque Tabasco y los tabasqueños queremos elecciones tranquilas, pacíficas y participativas”, dijo Hernández Balboa.

Tal vez es cierto que ahora Costa no trabaje para López Obrador, pero de que tiene metida la nariz en la elección presidencial de México, la tiene. Pero no sólo eso, Costa Bonino se muestra como fiel partidario de que en la elección presidencial de 2006 Andrés Manuel fue víctima de un fraude electoral.

“Unos pocos cientos de miles de votos mal contados cambiaron el marcador y el destino de México, de (Felipe) Calderón y de López Obrador. La desprolijidad del escrutinio hundió a México en una de las peores crisis políticas de su historia reciente. Una teatralización de la autoridad electoral, que, presuntamente contra el pedido de Felipe Calderón, quemó las hojas de votación sin volver a contarlas, cerró el capítulo electoral, pero abrió una interminable crisis postelectoral que hasta hoy sufren todos los mexicanos”, afirma Luis Costa Bonino en la página web de LCB Marketing, empresa de la que el uruguayo es director y donde afirma que ese proceso tuvo muy pesadas consecuencias en la sociedad mexicana.

“Los principales candidatos de entonces, Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón Hinojosa, se enfrentaron duramente en la elección y después de ella. López Obrador tuvo la elección ganada, pero hizo todo aquello que algunos ganadores de encuestas hacen, se quedó estático disfrutando del espejismo de las encuestas y abandonó de hecho la campaña. No asistió a los debates y cometió el peor de los pecados políticos: la omisión y la ausencia.

Andrés Manuel López Obrador debió ganar esa elección por muchos millones de votos. No necesitaba para eso de una gran campaña. Sólo necesitaba una que no hubiera sido suicida, como la que tuvo. Habría llegado a la Presidencia de México con una victoria aplastante, indiscutible, más allá del alcance de cualquier hipotético fraude físico o electrónico”.

Desde LCB Marketing, Costa Bonino ha asesorado campañas políticas como la de Luiz Inacio Lula da Silva, en Brasil, y la del peruano Ollanta Humala, recientemente. Pero en 1988, Costa participó en la campaña del presidente François Mitterrand (1981-1995). Ese fue el despegue del sudamericano en el marketing político, que entonces empezó a trabajar en campañas electorales en Europa y América Latina. Trabajó para los partidos y movimientos socialistas de Francia, Italia y Portugal.

En México, Costa Bonino, en distintas épocas trabajó para el PRI, el PAN y el PRD; en Perú para el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana); el PAN (Partido de Avanzada Nacional) de Guatemala, el Partido Nacional de Honduras, el Partido Nacional y Frente Amplio de Uruguay, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) de Paraguay, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de República Dominicana y el PT (Partido dos Trabalhadores) de Brasil.

“Nuestra empresa provee las estrategias mejor estructuradas y eficaces para tener campañas de gran impacto y ganar la elección. Estamos cerca de usted, en todos los estados mexicanos, para poner nuestra vasta experiencia y conocimiento al servicio de su éxito electoral”, dice el anuncio de la empresa LCB Marketing, en su sitio web.

El 18 de septiembre del año pasado, Luis Costa ya sabía que participaría en las elecciones de México. Cuando menos así se publicó ese día en una nota del diario El Mundo, de Madrid, dentro de la serie “creadores de presidentes, Los maquiavelos del siglo XXI”.

En el texto firmado por Gionata Chatillard, el uruguayo afirmó: “Tener una campaña sin consultor es tener una campaña sin estrategia. Y habitualmente estas son campañas perdedoras. A veces ganan, pero a condición de que los adversarios sean aún peores, asegura Luis Costa Bonino, quien asesoró al propio Mitterrand y, más recientemente, a Lula y Humala. Su empresa trabajó en el proceso de elección presidencial argentino (cuya elección fue el 23 de octubre de 2011) y lo hará en las mexicanas. En la consultoría política el trabajo no falta”, concluye la cita del diario madrileño.

Sobre la elección del próximo 1 de julio, en México, Luis Costa presenta un texto en la página web de su empresa que dice:

“El 1 de julio de 2012 se elige el próximo Presidente de México. Vuelve un PRI fortalecido, con un excelente candidato, Enrique Peña Nieto, quien viene de culminar su gestión como gobernador del Estado de México. Es el favorito. Pero una elección presidencial es, antes que nada, una competencia. Nada está dicho hasta el día en que el inmenso cuerpo electoral de México se pronuncia.

“En la pasada campaña electoral de 2006, el entonces también candidato favorito, Andrés Manuel López Obrador, perdió la elección. Las circunstancias de ese desenlace no habrán pasado desapercibidas para el propio Enrique Peña Nieto, quien habrá extraído de ese momento sus enseñanzas y conclusiones. El mismo 1 de julio se llevan a cabo elecciones locales, que incluyen cuatro elecciones de gobernador, en más de diez estados. Para todas esas elecciones, el respaldo de LCB-Marketing Político es la mejor herramienta estratégica para obtener los resultados buscados. Visite nuestra página de México y comuníquese con nosotros”, ofrece.

Haberles pedido seis millones de dólares a un grupo de empresarios para la campaña de AMLO no es el primer caso polémico en el que se relaciona al uruguayo. En octubre de 2009 en la provincia de Corrientes, Argentina, apareció muerto un hombre identificado como Hernán González Moreno, que al parecer coqueteaba con la ex esposa de Costa, María Bocci. Los tres participaban en la campaña fallida de Arturo Colombi, que buscaba la relección. Costa fue llamado a declarar porque en la prensa de Corrientes corrió la versión de que Luis Costa Bonino amenazó de muerte a González Moreno.