SAN DIEGO, 4 de marzo.- El consumo terapéutico de mariguana pierde terreno cada día en California, desde que los cuatro procuradores federales en el estado iniciaron una ofensiva contra cientos de negocios de venta de droga con fachada de dispensarios.
Los procuradores federales con jurisdicciones en San Francisco, Sacramento, Los Ángeles y San Diego advirtieron desde septiembre pasado que la mayoría de los expendios de mariguana con fines médicos debían dejar de operar para diciembre próximo.
De lo contrario, enfrentarán sanciones, entre ellas la confiscación de sus mercancías y locales.
Como la mayoría de los distribuidores de la droga terapéutica alquilan los lugares donde venden la mariguana, se calcula que para enero pasado, 66 por ciento de los negocios de ese tipo tuvieron que cancelar operaciones, forzados por sus arrendadores.
La reacción de los cientos de distribuidores afectados fue presentar demandas contra el Departamento de Justicia, y como resultado ahora están estancados en procesos legales.
Esta semana una Corte Federal de Apelaciones en el condado de Orange determinó que los llamados dispensarios que venden droga para fines médicos pueden seguir operando, pero sólo si venden mariguana que ellos mismos produzcan, sin comprar a otros productores mayoritarios.
Esa decisión, que los vendedores sólo podrían apelar ante el pleno de la Novena Corte de Apelaciones en San Francisco, limita la capacidad de venta de los dispensarios, pues los permisos limitarían el número de plantas que pueden cultivar, su altura y su producción.
Al mismo tiempo, un juez federal en Sacramento refrendó que el gobierno federal tiene el poder de imponer las leyes federales contra las drogas, por encima de la ley estatal de California.
Asimismo, departamentos de policía locales y la Agencia Federal Antidrogas (DEA) realizan una revisión sistemática de dispensarios que continúan abiertos este año, para revisar quién los abastece, cantidades y contabilidades.
Cuando la ley entró en vigor en 1996, el electorado de California la aprobó como medida ‘compasiva’ para enfermos con males terminales que sufrían síntomas insoportables, pero el consumo con fines médicos sólo requería de una receta médica, y el recurso se popularizó.
La procuradora federal en la región de la frontera de California, Laura Duffy, comentó que el consumo aparentemente médico de la mariguana se había popularizado tanto que se recetaba incluso para males tan comunes como estrés, tensión nerviosa y migraña.
El año pasado fue presentada en elección una propuesta que, en caso de haber sido aprobada, habría autorizado también el consumo de la mariguana sin motivos médicos, por uso llamado “recreativo”.
La propuesta reconocía abiertamente que producción de mariguana en California se traduce en unos 18 mil millones de dólares anuales.