Por: René Ibáñez Salcedo
Nada fuera de su circunstancia oprime la posibilidad de generar una administración creativa, una visión de servicio público que repare la imagen rota de un municipio rebasado por la impunidad. Tomar un municipio con tantos compromisos políticos como el que tiene Puerto Vallarta requiere sin duda, buena temperancia, pero sobre todo, un gran respaldo que permita a un presidente municipal lidiar con la sombra de la demagogia, el robo, la burla, la desfachatez y demás circunstancias que le fue heredara por la administración anterior.
Hay que destacar, una variante importante, no hay contrapesos políticos en Puerto Vallarta que puedan ejercer una presión sobre la elite que la controla. Los mismos ciudadanos soportan con un estoicismo admirable las migajas de obra pública que reciben cada tres años. Lo que es peor, todos se alimentan del mismo plato, fortalecen el miasma que los distingue como una clase política indiferente a la ciudadanía.
Sin embargo, como inicié estos garabatos, pese a todo, las administraciones pueden ser creativas a pesar de todo, pueden invocar líderes que generen cambios sociales importantes para el futuro del municipio. Ya no de la función pública, si no de la sociedad hacia los corpus que las administran.
Será interesante ver la destreza de un presidente municipal que tendrá que lidiar con la difícil administración financiera en el ayuntamiento, como soporta una alta nomina, un bajo presupuesto para obra pública importante, una deuda que se lo irá tragando paulatinamente, una presión por demás importante de los proveedores que exigirán su pago, pero sobre todo, como asegurar al muchacho una contienda segura que mantenga al partido en el poder.
Lecciones de filosofía
I
“En este momento estoy solo, que cosa más sublime podría suceder”.
II
Ser de una timidez tan profunda, que la única comunicación posible sea…conversar.
III
Todo se elige, hasta no elegir.
IV
Existir en el pensamiento…
V
Si tuviese una percepción lo suficientemente aguda, estos garabatos no existirían.