DURANGO. Una mujer con un embarazo de tres meses y un menor de cuatro años de edad murieron durante el ataque que sufriera el presidente municipal de Indé, Ernesto Núñez Rodríguez, el pasado domingo.
La Fiscalía General del Estado confirmó anoche que fueron ocho y no seis las personas que fallecieron en una vivienda ubicada en un rancho propiedad del edil.
La dependencia estatal dio a conocer que tras practicar las indagatorias correspondientes se confirmó el hallazgo de dos cuerpos más sin vida en la casa donde sucedieron los hechos.
El primer cadáver corresponde a una mujer con tres meses de embarazo; el otro cuerpo es el de un menor de cuatro años de edad. Ambos se encontraban completamente calcinados en una de las habitaciones del inmueble. En principio, los reportó Núñez como desaparecidos el día de tiroteo.
Los cuerpos fueron trasladados al anfiteatro de esta fiscalía para los estudios correspondientes, información que difundida en el último párrafo de un comunicado enviado por la propia dependencia.
Además, cinco de los seis muertos reportados de manera inicial fueron identificados como René Núñez Garay, de 28 años de edad, y Juan Ángel Núñez Salas, de 19 años, sobrinos del presidente municipal, así como Luis Antonio Tinoco Chávez, de 22 años.
Los tres con domicilio conocido en Indé y dedicados a la actividad de comercio de ganado.
Además fueron reconocidos los médicos veterinarios Luis Uriel García Talavera, de 49 años de edad, y José Guadalupe Ortega Valdez, de 29, originarios de Zacatecas, mismos que realizaban pruebas de inseminación del ganado donde pierden la vida.
Al final del comunicado se señala que la Fiscalía General seguirá con las investigaciones para dar certeza al esclarecimiento de los hechos.
Denuncia del alcalde
En declaraciones a EL UNIVERSAL, Ernesto Núñez refirió que había más personas en la vivienda que fue atacada presuntamente por policías estatales.
El edil señaló que en el lugar estaban su sobrina política, que tenía tres meses de embarazo, y su hijo de cuatro años de edad.
Esta situación la hizo del conocimiento del secretario general de Gobierno, Jaime Fernández Saracho, quien le respondió que se iba a investigar porque sólo tenía el reporte de seis personas fallecidas.
Él le preguntó al funcionario estatal que si se habían traído a sus familiares a la capital de Durango, y si así era dónde estaban.
Además, afirmó que estaban desaparecidos cinco miembros de su familia, entre ellos un hermano, tres sobrinos y un hijo.