*ENCUENTRO. Al señalar que la obesidad, el sobrepeso y la diabetes son el principal problema de salud pública…
ENCUENTRO. Al señalar que la obesidad, el sobrepeso y la diabetes son el principal problema de salud pública, Mercedes Juan afirma que los gravámenes fiscales a bebidas azucaradas han sido efectivos. Existe riesgo real de que disminuya la esperanza de vida de los mexicanos, alerta
Medicinas por 18,000 mdp otorga el Seguro Popular: Mercedes Juan
La secretaria de Salud, Mercedes Juan López, afirma a Crónica que han funcionado los gravámenes fiscales contra las bebidas azucaradas “y ojalá suban impuestos a la comida chatarra”, y subrayó que los alimentos procesados, más que la “vitamina T”, son los que provocan obesidad.
A invitación del Consejo Editorial de Crónica, formado por directivos y colaboradores de este diario, se llevó a cabo una conversación colectiva con la funcionaria, que abordó algunos de los muchísimos puntos de la agenda de salud. La doctora Juan reiteró que la obesidad, el sobrepeso y la diabetes son el principal problema de salud pública, al grado de que existe el riesgo de que disminuya la esperanza de vida de los mexicanos; también comentó que el Seguro Popular ha empoderado a la población, “al hacerla saber a qué tiene derecho” y añade que otorga medicamentos por 18 mil millones de pesos, cubre 285 tipos de intervenciones y 60 enfermedades.
Otros temas que abordó fueron, entre otros, el grave problema de la falta de lactancia materna, los riesgos de salud de la mariguana y sobre la “campaña orquestada” que habla de una privatización de los servicios del IMSS y del ISSSTE, que “es una total falsedad”.
Éstos son los puntos centrales de la interesante conversación. La doctora Juan inicia con una visión general acerca del sector, con un señalamiento importante de los cambios cualitativos habidos en los últimos años.
La doctora expuso que el Plan Nacional de Desarrollo tiene dos aspectos principales: el enfoque de prevención y promoción de la salud y el acceso efectivo a servicios de salud de calidad, y que en su gestión le ha tocado un cambio relevante: las enfermedades crónico-degenerativas atacan más a la población que las infecciosas, que han sido combatidas con éxito. Estas enfermedades crónicas son más costosas y más complejas de tratar.
En ese sentido, abundó, el primer problema de salud pública en México es la obesidad, que, junto con el sobrepeso y la diabetes, alcanza al 70 por ciento de la población, y trae consigo una gran cantidad de enfermedades asociadas. Advierte que si no atendemos con éxito el problema, va a disminuir la esperanza de vida al nacer de los mexicanos, que está actualmente alrededor de los 76 años.
Sobre el acceso a los servicios de salud, la Secretaria señaló que, sumando los distintos sistemas, la afiliación es aproximadamente de 100 millones de personas. Es decir, muy amplia. El reto principal es que haya calidad generalizada en esos servicios.
Se cuestionó a la Secretaria cuánto han impactado hasta el momento los esfuerzos de todo tipo para combatir la obesidad, si ha tenido éxito el impuesto sobre las bebidas azucaradas y si no ha habido resistencia de empresarios del ramo alimenticio y de quienes los anuncian sobre las limitaciones para los comerciales.
Mercedes Juan responde, como siempre lo hace, de manera ordenada. Explica que el tema de la obesidad tiene tres aristas: la de salud pública y educación, la de atención médica y la regulatoria. Señala que el problema “lleva muchos años gestándose y, por lo tanto, se requerirán muchos años para que se vaya resolviendo”.
Se ha creado un Observatorio Ciudadano independiente, que lleva la Universidad Autónoma de Nuevo León, junto con otras instituciones académicas y de la sociedad civil, para ir midiendo el impacto de las medidas.
Por lo pronto, comenta, hay una medida regulatoria con efectos ya medidos: el impuesto a las bebidas azucaradas. De acuerdo con el Instituto de Salud Pública, el consumo de estos productos bajó 6 por ciento en 2014, mientras que el agua natural aumentó 4 por ciento.
Respecto a las presiones de la industria y de quienes contratan anuncios, comenta que las hubo, naturalmente, al principio, pero que ya no.
—¿Usted cree que funcionen medidas como las sentadillas en el Metro o los programas de yoga que promueve el GDF?
La respuesta de la doctora Juan es rápida y contundente: “Todo lo que sea ejercicio y actividad física funciona”. Detalla que no importa que parezca poco, se debe combatir el sedentarismo.
Una nueva pregunta: ¿Se está atacando el asunto por el lado de los alimentos procesados? Por ahí parece que hay una hebra importante, se comenta.
De nuevo la secretaria de Salud da una contestación ordenada y metódica. Recuerda que la obesidad y la diabetes tienen un origen multifactorial: genético, de cambios a la alimentación —“y allí está la industria alimentaria, efectivamente”—, del creciente hábito de comer fuera de casa, de la influencia de Estados Unidos en los alimentos procesados y de la poca movilidad o sedentarismo de las personas. Y hay que trabajar sobre cada uno de los factores.
“Lo más complicado”, dice la doctora, “es cambiar hábitos”. Sobre todo entre la gente adulta. Por eso se trata de una tarea que llevará tiempo.
Respecto a la regulación a las industrias subraya el papel de los impuestos y del nuevo etiquetado obligatorio, que da más información a los consumidores.
Los industriales se quejan de que a ellos se les regula y no se hace con la economía informal, con los puestos ambulantes…
“La vitamina T siempre la hemos consumido. Tacos, tortas, tostadas, tamales”, responde la Secretaria, “y antes no había los niveles de obesidad y sobrepeso de ahora”. Reitera que “el problema está más en los alimentos procesados” y expresa que “ojalá se sigan aumentando los impuestos a la comida chatarra”.
Para terminar con el tema relacionado al principal problema de salud, hicimos notar la paradoja de que México es un país con hambre y con sobrepeso.
La titular de Salud dice que la lucha contra la obesidad está incluida en la Cruzada Nacional contra el Hambre porque existe el fenómeno de la malnutrición.
Comenta que con los suplementos alimenticios que incluye Salud en el programa se ha reducido la anemia infantil y que, de acuerdo con los datos dados a conocer recientemente por el Coneval, disminuyó la carencia de servicios de salud.
Pasamos a otro tema. La lactancia. Se dice que se va a prohibir la venta libre de leche en polvo, sin receta médica. La doctora Juan hace varias interesantes precisiones.
Ha habido confusión, nos dice. Las modificaciones son de prohibir publicidad de leche en polvo en las unidades hospitalarias y prohibir que se den muestras gratuitas de estos productos.
Señala que el problema de la falta de lactancia de pecho es muy grave, porque afecta tanto a los recién nacidos como a las madres, y que ya solamente 14 por ciento de las madres dan pecho.
Esto implica menos anticuerpos para los niños y mayores probabilidades para las madres de contraer enfermedades. Explica que la disminución está ligada, al menos en parte, a que hay un número creciente de madres que trabajan. De ahí la importancia de facilitarles salas de lactancia en sus centros de trabajo.
—¿Qué tanto se ha avanzado en cobertura universal de salud?, fue la siguiente pregunta. Mercedes Juan responde con un balance del Seguro Popular.
“Empodera a la población, al hacerla saber a qué tiene derecho”, porque no es una dádiva; “otorga medicamentos gratuitos. Son 18 mil millones de pesos que antes pagaba la gente y ahora cubre el Estado”; “cubre 285 intervenciones diferentes y 60 enfermedades”.
Acota que las que no se cubren es porque no alcanzan los recursos. “¿Qué le falta? Le falta que haya más transparencia y rendición de cuentas”. Hay estados que reciben recursos y no justifican con claridad que los hayan gastado en salud.
Otro tema de interés es la discusión sobre la legalización de la mariguana.
La doctora Juan da su posición a título personal. “La mariguana es dañina para el sistema nervioso central, y más en los jóvenes, que lo tienen en desarrollo”, dice. En ese sentido, no le ve caso a legalizar su uso, en términos estrictos de salud.
Señala que el problema no es su uso casual, sino su adicción, “y el adicto debe ser tratado como un enfermo, no como un criminal”. No hay quien muera de sobredosis, pero sí tiene efectos dañinos que afectan a los usuarios. Más allá del asunto de salubridad, “rebasa mi ámbito de acción”.
Se le preguntó sobre medicina genómica y los alimentos transgénicos. De nuevo obtuvimos una respuesta amplia y enterada. Sobre lo primero, habló acerca de los avances del Instituto Nacional de Medicina Genómica, que trabaja allegándose de información de otras instituciones. En él, se ha podido encontrar el gen que predispone a la diabetes, común entre los mexicanos. Se han logrado avances importantes en el combate al cáncer de mama y se esperan muchos más en los próximos años, para avanzar hacia una medicina personalizada. Sobre lo segundo, comentó sobre la Cibiogen, la comisión interinstitucional establecida por ley. Recordó que “los transgénicos ya los comemos, importados”, sin que se haya detectado efecto negativo alguno y acotó que una cosa es defender el maíz criollo y otra, impedir todo uso de transgénicos.
—¿Qué tanto se ha avanzado en el combate al Sisa?— seguía la batería de preguntas. La respuesta da lugar al optimismo. Nos dice que el problema sigue, pero los primeros retrovirales sólo daban unos cuantos años de sobrevida, ahora son muchos más, y las personas con VIH que mueren suelen hacerlo por causas no relacionadas con el virus.
Recuerda que el tratamiento de retrovirales es gratuito para toda la población y que el tratamiento profiláctico ha disminuido notablemente la trasmisión del virus de mujeres embarazadas a sus hijos.
México ha sido reconocido internacionalmente por esos avances, nos señala. Llegamos a un tema que se ha manejado en redes sociales, el de la supuesta privatización de los servicios de salud. La respuesta de la doctora es clara, contundente e indignada.
“Es una total falsedad”, responde. Pero no se queda ahí: “Es una campaña orquestada para hacer daño”. Esas mentiras, señala, son generadas por “los mismos que armaron otras campañas”.
Se trata, nos dice, de rescindidos del IMSS. Y da un nombre: Gabriel Soto. Da a entender, también, que hay otros personajes detrás de esas maniobras.
Finalizamos pidiéndole a la doctora Mercedes Juan que haga, a la mitad del camino, un balance de los logros y de las asignaturas pendientes. Empieza, autocrítica, por lo segundo.
“No estamos satisfechos”, dice, “no hemos podido plantear la reforma de salud para que haya portabilidad plena y convergencia entre las tres instituciones (SSa, IMSS, ISSSTE)”. Ésa es su meta. Entre los logros señala “unos cuantos”: la disminución de 9 puntos en la mortalidad materna, que es un récord, que haya menor “gasto de bolsillo” de parte de los pacientes de las instituciones, que enfermedades infecciosas ya no sean la primera causa de muerte, que el país se haya liberado de diversas enfermedades, como por ejemplo la oncocercosis.