Mexicanos se acostumbran a masacres: Iglesia Católica

Para la Arquidiócesis de México es «grave» que la violencia que se vive en nuestro país haga que los mexicanos comiencen a «acostumbrarse, perdiendo su capacidad de indignación y su exigencia de justicia».

«Lo más grave es que los mexicanos comienzan a acostumbrarse, perdiendo su capacidad de indignación y su exigencia de justicia», expresa la jerarquía católica ante las matanzas recientes en el país.

Con el título «Indignación humanitaria», la Arquidiócesis de México expresa en la editorial del semanario Desde La Fe su postura frente al papel de las autoridades y el impacto entre los mexicanos tras tres masacres en Jalisco, Veracruz y Nuevo León.

Luego de que en los últimos diez días ocurrieron estas tres matanzas «cargadas de espantosa crueldad e inhumanidad», los jerarcas católicos preguntaron a los cuatro aspirantes a la presidencia de la República: «¿Por qué hemos llegado a este extremo? ¿Qué es lo que nos ha sucedido para alcanzar estos niveles de decadencia moral? ?Dónde están los analistas, sociólogos, los politólogos para explicarnos estas barbaries? Y, finalmente, ¿Quiénes son los que están provocando estas acciones de inhumanidad y por qué?»

La jerarquía de la Iglesia Católica señala en ese documento que después del «estupor general», las autoridades saben «la parte del guión que les corresponde y se limitan a informar que buscarán hacer justicia hasta sus últimas consecuencias, pero todo queda en declaraciones».

Explicó que se llegó al grado de que las autoridades de los distintos niveles evaden sus responsabilidades.

Los jerarcas católicos cuestionaron a uno de los coordinadores de campaña de uno de los candidatos presidenciales, y sin proporcionar nombre, dice que su «cinismo» fue el de declarar que «estos hechos no afectaban en nada la trayectoria de campaña. No puede haber mayor falta de sensibilidad; no puede haber mayor expresión de desprecio para la realidad que está viviendo nuestro país».

Afirma que lo más importante o grave no es si se trata o no de una lucha entre bandas rivales del crimen organizado, sino que estamos ante personas que han perdido todo sentido de humanidad.

«Debemos comenzar por reconocer que vivimos una cultura de violencia que ha perdido el respeto a la vida humana», remata el texto.