Radiografía de un turista sexual

El turismo sexual infantil es un problema mundial, puede suceder en cualquier destino, no importa si es de lujo o no
La ECPAT, cuyo significado es «Eliminemos la prostitución, pornografía y la trata con propósitos sexuales de niños y adolescentes», trabaja con el fin de erradicar este problema con el apoyo de las organizaciones que la conforman en más de 70 países y en colaboración con la UNICEF.
La agrupación, que asegura que México es uno de los principales destinos con este problema (solicitamos a la asociación cifras recientes sobre este dato, y al momento no han dado respuesta), desarrolló el perfil de tres principales tipos de turista sexual. De acuerdo con el estudio, esta clase de viajeros puede ser soltero o casado y, aunque en su mayoría son hombres, las mujeres no están excluidas. Además, suelen ser de nivel socioeconómico elevado, aunque no exclusivamente.
Esta es la división:
a) Turista sexual ocasional. Abusa de niños y adolescentes como una forma de experimentar algo nuevo o cobijado por el anonimato y la impunidad que le otorga ser turista. No tiene una preferencia sexual exclusiva por los niños y adolescentes. Frecuentemente toma la oportunidad de interactuar sexualmente con un menor de 18 años cuando se le presenta.
2) Turista sexual preferencial. Este muestra una clara inclinación sexual hacia los niños y adolescentes. Posiblemente aún tiene la capacidad de sentir atracción sexual hacia los adultos, pero buscará activamente a menores para sostener contacto sexual con ellos.
3) Pedófilo. Manifiesta una inclinación sexual exclusiva hacia los niños en etapa prepubescente, considerado casi siempre como alguien que presenta un padecimiento clínico. El pederasta posiblemente no demuestra una preferencia respecto al género de los niños y no considera que el contacto sexual con niños sea dañino.
Foto. Rolacio Ortiz
Según la asociación, los pedófilos, al igual que los abusadores «preferenciales», son la minoría entre los turistas sexuales con niños.
El turista sexual con frecuencia recurre al uso de hospedaje, transporte y otros servicios relacionados con el turismo que facilitan el contacto con los niños y adolescentes, y permiten que el perpetrador mantenga una presencia discreta.
Aunado a ello, aclara que el delito esta relacionado con la entrega de dinero, indumentaria, alimentos o algún otro tipo de atención para con la víctima a cambio del contacto sexual. Puede ocurrir mediante un proceso largo de «inducción», durante el cual el agresor entabla amistad con la víctima antes de abusarla, o cuando adquiere los servicios sexuales directamente de un tercero que mantiene al menor en situación de explotación.
Entre los países donde se tiene más tiempo con este problema se encuentran, además de nuestro país, Filipinas, Brasil, Malasia y Tailandia. Aunque, en años recientes, según la organización, se ha expandido a zonas como Argentina, Mongolia, Perú y Colombia.
Por otra parte, los eventos deportivos son, según estadísticas de ONG’s como Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y El Caribe, un detonante que incrementa el turismo sexual en los países sede.
Durante la actual edición del Mundial de Futbol en Brasil se estima que la cantidad de niños abusados se incrementará dramáticamente, al año UNICEF calcula que hay más de 250 mil menores que padecen este problema en el país sudamericano. Además, se estima que el 50 por ciento de las víctima de este delito en el mundo son menores de 18 años.