BAJA CALIFORNIA. Al mediodía de ayer, se realizó una ceremonia religiosa en honor de María Elvia Amaya de Hank —fallecida la madrugada del sábado— en la Iglesia del Espíritu Santo del fraccionamiento Chapultepec, presidida por el arzobispo metropolitano Rafael Romo Muñoz.
En la misa estuvo presente su viudo Jorge Hank Rhon, amigos y familiares llegados de diversas ciudades del país, así como representantes de los partidos PRI y PVEM.
Hank Rhon, ex alcalde de Tijuana, dijo que la recuerda todo el tiempo: “Siempre pienso en ella, era una gran mujer, no sólo como madre, como todo”.
En torno a la iglesia, donde hay había más de mil personas, estuvieron apostados un gran número de transportistas, dentro de los cuales sobresalían los conductores de taxis amarillos.
Sus familiares no informaron donde sería sepultada la diputada federal, sin embargo, trascendió que sus restos serían incinerados.
El arzobispo de Tijuana, Rafael Romo Muñoz, recibió el féretro y ofreció sus condolencias al ingeniero Jorge Hank Rhon.
María Elvia Amaya de Hank padecía una condición clínica denominada gammapatía monoclonal que devino en mieloma múltiple, mal que la obligó a viajar a Ginebra, Suiza, para someterse a un delicado trasplante de médula ósea y un agresivo tratamiento que la mantuvo fuera de la vida pública por varios meses.
Una recaída en semanas recientes la llevó de nuevo a los hospitales y finalmente falleció en su casa, en compañía de su familia.
En las elecciones del 1 de julio, Amaya de Hank había alcanzado por el PRI una diputación federal plurinominal por la primer circunscripción del país.