La costumbre de ofrendar pan, comidas y bebidas a los amigos y familiares difuntos es seguida fielmente por 63 de cada cien personas, quienes incluso colocan fotos de sus seres queridos en los altares, confirmó una encuesta levantada por Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE).
Aunque no elaboran altares de Todos Santos para esas fechas, unas 20 más identifican esos días como dedicados a los ya fallecidos; casi cinco personas como fechas para el descanso y apenas tres de cada cien como días festivos.
Esta celebración es una muestra del sincretismo entre un rito prehispánico y creencias católicas, una costumbre que sigue 62.6 por ciento de los mexicanos que ponen ofrenda, por 36.5 por ciento que no lo hace.
La idiosincrasia de la población mexicana queda manifiesta con las diferentes expresiones que hay sobre la “huesuda”: 36.3 por ciento respondió que lo hace con humor, 31.1 con total respeto, 11.8 con un estado de ánimo de tristeza.