“Venimos para que México cambie”

* Decenas de miles de mexicanos salen a las calles de la capital motivados por la indignación que ha causado el caso Iguala.

El Pais.com.- El corazón de México ha dejado de latir. La gran marcha por la tragedia de los normalistas ha comenzado, paralizando el centro de la capital. Convocados por los alumnos de la UNAM, la mayor universidad de Latinoamérica, miles de personas se dirigen hacia el Zócalo para expresar su indignación por la vorágine de sangre que ha conmocionado como nunca en décadas a este país. En este 20 de noviembre, aniversario de la Revolución Mexicana, son muchos los que piden un cambio profundo y el inicio de una etapa que ponga fin, de una vez para siempre, al espectro de la violencia.

«Hay que terminar con esto, los normalistas habrán muerto, pero nuestra indignación, no», comenta Luis, editor de 32 años. Está bajo el Ángel de la Independencia, rodeado de sus amigos. «Hoy esto ha prendido, estamos todos», añade. La sensación de euforia es general. En la manifestación, aparte de los habituales activistas, hay familias, profesores universitarios, intelectuales y mucha gente joven, que ha dejado sus trabajos para unirse a la indignación.»No somos de ningún partido, venimos para que México cambie», dice Alberto, un músico profesional, al que acompaña su esposa y sus hijos de 9 y 12 años.

La espina dorsal de la protesta la forman los padres y compañeros de los normalistas. Divididos en tres columnas, han salido a media tarde de tres puntos cardinales de la ciudad: la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el Ángel de Independencia y el Monumento a la Revolución. En su avance van sumando miles de seguidores. Los gritos contra el presidente son generales, aunque la marcha la presiden un espíritu pacífico y reivindicativo.

Las fuerzas de seguridad permanecen a prudente distancia, sin intervenir, conscientes de que cualquier chispa puede desencadenar un estallido. El mayor temor de las autoridades, sin embargo, queda lejos de el Zócalo y procede de la posibilidad de que algún grupo incontrolado trate de tomar el aeropuerto internacional. Esta acción ha sido debatida y finalmente rechazada en asamblea por los universitarios. El intento supone cruzar una línea roja.

El propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ha lanzado una dura advertencia contra el uso de la violencia y los ataques a espacios públicos en las protestas. “Al amparo de la consternación social que hay por los hechos de dolor y de horror (…) hemos advertido movimientos de violencia que pareciera que respondieran a un interés general de generar desestabilización, desorden social y, sobre todo, de atentar contra el proyecto de nación que hemos venido impulsando”, ha señalado Peña Nieto en clara referencia a los cortes de carreteras, a ataques a sedes de partidos y quemas de edificios públicos perpetrados por sectores radicales en Guerrero, Michoacán y Oaxaca.