#YoSoy132 destruye estigmas

Al movimiento #YoSoy132 no le asusta que Enrique Peña Nieto sea electo democráticamente como presidente de México, e independientemente de quien resulte ganador el 1 de julio, aseguran que se convertirán en contrapeso en las decisiones del nuevo gobierno y de los medios de comunicación.

«No vamos contra Peña Nieto, sino contra el proyecto político de nación que él impulsa. El mejor escenario para nosotros es que la noche de la jornada electoral no haya incertidumbre y tengan presidente de la República», coincidieron los universitarios durante un foro con los colaboradores de EL UNIVERSAL Maite Azuela y Guillermo Osorno.

Los jóvenes lanzan un llamado a la sociedad e incluso a «nuestros hermanos priístas» al señalar que en «#YoSoy132 no criticamos por destruir, no es un movimiento negativo. Lo que estamos haciendo es construir para que lo negativo se disuelva».

Dejaron en claro que el «voto nulo» no es una opción, porque no garantiza la democracia y contradice uno de los principios básicos del movimiento que pretende un sufragio bien informado y razonado.

Aclararon que por más amplia que sea la agenda de causas con las que se solidarizan -como Atenco, el zapatismo, el movimiento sindical, indígenas, entre otros- los puntos específicos e inamovibles de #YoSoy132 son la democratización de los medios y lucha contra imposición mediática del candidato presidencial de la alianza PRI-PVEM.

Guillermo Osorno, colaborador de esta casa editorial, expresó su preocupación porque los numerosos temas de su agenda «los aplaste» y cuestionó cómo han logrado integrarse más allá de estereotipos entre universidades públicas y privadas.

Saúl Alvídrez, estudiante de Derecho y Economía del Tecnológico de Monterrey, responde que para que el movimiento no divague en una amplia agenda existen principios «inamovibles, como la democratización de los medios, porque es la raíz del sesgo y la manipulación, así como la imposición de Enrique Peña Nieto».

Luis Carrera, de la carrera de Ciencia Política y Relaciones Internacionales del ITAM, agrega que el movimiento va más allá del 1 de julio, «no sólo buscamos la democratización de los medios de comunicación, sino también del país», detalló.

Al responder a la segunda pregunta de Osorno, Antonio Attolini, también del ITAM, asegura: «No somos pirrurris ni porros, somos el mix».

Antonio Jiménez, alumno de Filosofía de la Universidad La Salle, agrega que han creado conceptos en común a pesar de ideologías y posturas políticas diferentes, para poder construir un espacio entre iguales.

«Los de la UNAM han tenido que cuidar decir la palabra ‘neoliberalismo’ y los del ITAM la palabra ‘guerrilleros'», dice Jiménez, quien compara el espíritu del movimiento con el de una fraternidad, porque afirma que hasta las posturas más radicales son absorbidas por lo genuino de los reclamos.

No caer en la manipulación

Aunque las televisoras hayan cambiado su política editorial hacia el movimiento, Alvídrez dice que no se dejarán manipular.

«Este movimiento nace a través de una conciencia crítica de ‘a mí no me vas a manipular’. Si nos invitan a Televisa y nos dicen ‘mira aquí estás’, nosotros somos abiertos. Si Peña Nieto dice ‘yo comparto que todas las posturas de los jóvenes deben ser escuchadas’, no con eso nos van a convencer. Este es un movimiento de hoy, pero también de ayer y mañana», dice.

Objetivos ganados

Maite Azuela, activista ciudadana y defensora de derechos humanos, les preguntó cuáles serán los éxitos a unas semanas de haber irrumpido en el ambiente electoral.

Antonio Jiménez considera como una victoria el superar los prejuicios entre los estudiantes universidades públicas y privadas, así como la transmisión del segundo debate por los canales de mayor audiencia.

Misael Rojas, estudiante de Filosofía, la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa (UAMI), agrega que nunca se habían imaginado que con este movimiento de jóvenes revivieran una campaña electoral que se suponía estaba definida.

Janine González, alumna de Comunicación de la Universidad Anáhuac del Norte, comenta que rompieron con el mito de que son una generación que rechaza todo. «No somos apáticos».

Los universitarios coinciden además en que su movimiento tiene objetivos nobles, que son el origen de su lucha, que les permite mantenerse en un esquema de relación horizontal, verse entre iguales en una mística «pura y noble».

Pacifistas

Cuestionados sobre cómo mantener su independencia, al expresar su solidaridad a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), San Salvador Atenco, los universitarios aclaran que ellos no se van a convertir en un filtro que excluya su participación en el movimiento #YoSoy132.

«El SME tiene una causa muy particular que está sacando la casta para resolverla, así como la CNTE, ahora si los medios utilizados por ellos son violentos, disruptivos, poco propositivos, esa es una estrategia que ellos utilizan para una agenda distinta».

«Nosotros no vamos a utilizar nunca la violencia, nunca la disrupción, sino la toma del orden público para generar la deliberación. Estamos solidarizados en un plano horizontal, pues nuestra agenda también busca la transformación de algo particular», argumenta Attolini.

Twitter, herramienta esencial

Para los estudiantes las redes sociales son una herramienta que ha venido a revolucionar el movimiento, por su inmediatez, la capacidad para romper con el sesgo informativo y poder organizarse.

Diego Dante Mondragón, alumno de Negocios Internacionales de la Anáhuac Norte, asegura que de no haber contado con internet hubiera sido muy difícil para el movimiento tener el alcance que ha logrado: «En mi caso, me contacté con Saúl y Janine por Facebook, empezamos a tomar la iniciativa en la universidad y fuimos solidarios con la Ibero, sin esta comunicación tan inmediata hubiera sido más lento, pero algo habríamos hecho por la voluntad de los jóvenes como en el 86 o en el 99 (Huelga en la UNAM), cuando hubo movimientos, pero no tan impulsados».

Para Attolini Twitter es la «revolución que ha servido como transferencia de información, es libre, instantánea, multilateral, es increíble, nos permitió revelar preferencias de inconformidad mucho más fácil».

Circe Camacho, estudiante de la Facultad de Sicología de la UNAM, considera que aún sin redes sociales los estudiantes habrían encontrado la forma para comunicarse, pues refiere en México el acceso al internet se encuentra todavía muy limitado para un sector de la población.

Los universitarios aseguran que a pesar de los ataques que pretenden quitarles legitimidad al vincularlos con las FARC o con Andrés Manuel López Obrador, #YoSoy132 no son las personas sino sus principios, «si lo concibe así el pueblo de México, #YoSoy132 nunca va a morir y dará un México mejor para todos».