Cantaron y Comieron con Muertos

  • Al término de la misa y oraciones, hubo familias que iban preparadas, almorzaron ceviche y tostadas con el ser querido
  • Otros, acompañados de una guitarra corearon las canciones que tanto gustaban en vida

Por Mauricio Lira Camacho
NOTICIASPV

Familias cantaron con su ser querido muerto y otras, almorzaron ceviche en el panteón con su fiel difunto, en el marco de este 2 de noviembre.

Al término de la misa de las 10 de la mañana en el panteón de la colonia 5 de diciembre, varias de las personas luego de los rezos y cantos se trasladaron a sus aposentos para rendir tributo al ser que se les adelantó en el camino de la vida.

En un apartado de este panteón, un grupo familiar compuesto por 7 adultos y cinco menores de edad, llevó una hielera con ceviche preparado, paquetes de tostadas, refrescos y postre.

En la tumba del hermano de una de las entrevistadas, quien había muerto hace algunos años, sirvió para ser sede del convivio.

Acompañados de sombrillas para protegerse del fuerte sol, sacaron el alimento.

Además hubo frijolitos y café para acompañar unos trozos de pan.

Eran las 11 de la mañana y hacía hambre.

Esta familia relató que desde la muerte del hermano, es una tradición visitar la tumba.

Otra familia muy cerca de ahí, visitaba a los abuelos que habían fallecido, cuyos nietos ya nunca conocieron.

De igual forma sacaron los alimentos y degustaron sobre la tumba.

Dijeron a este medio que los abuelos así eran alegres y les gustaba convivir.

Así debían ser recordados, comentaron.

Los bisnietos, seguido preguntan cómo eran los familiares, y en el relato se dan a la tarea de hacer la ida al panteón toda una tradición.

Cada año venimos, escuchamos la misa y luego nos venimos para este lado del panteón, sacamos la comida y convivimos con los abuelitos.

Sabemos que ellos sienten nuestra presencia, que al fin de cuentas, todos iremos para allá, relata una de las hijas.

En otra tumba, a lo lejos se escuchaban cantos, en efecto toda una familia que suma eran más de 20 aplaudían, coreaban y reían.

Cantaban una canción que le gustaba al difunto, sumamente alegre, no lo recuerdan con tristeza, “así era él”.

Cada año es lo mismo, venir a misa y cantar.

Acompañaban a la familia, un joven guitarrista que llevaba la batuta, los cánticos retumbaban en el panteón, este 2 de noviembre, para muchos día de fiesta a los fieles difuntos.

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