Moda electoral
Por Hugo Lynn Almada
Una pareja de esposos pasaba por un momento de crisis tras 25 años de casados. Ambos superaban ya el medio siglo de vida, y aunque habían hecho una pareja estable, el marido de buenas a primer decidió dejar a su esposa.
“Ya cumplí con mis obligaciones de marido –se justificaba con un amigo- puse casa, compré auto, saqué adelante a mis hijos y dejé un buen negocio”… El amigo escuchaba atento y se sorprendió cuando remató: “además, ella está muy vieja”.
El amigo le cuestionó el último punto: “pero si tu estás más viejo, si no mal recuerdo ella tiene 51 años, y tu ya casi llegas a los 60”.
El fin de semana, la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel dijo que su partido impulsará “en todo el País” reformas constitucionales que eviten la conformación de alianzas electorales porque estas “ya pasaron de moda”.
¿Así es como ve el PRI la democracia en el País?, ¿Cómo una moda? O como el marido aquel que veía a su mujer “muy vieja”…
La democracia mexicana, imperfecta e insuficiente como es, no puede estar sometida al mero interés de poder de los partidos. Las leyes electorales y las instituciones creadas para organizar los procesos de elección no pueden estar sujetas al contentillo de políticos.
Siempre que algún político pretenda arruinar los avances que difícilmente hemos registrado en nuestro País es preciso oponerse.
Pretender que un partido político, cualquiera que éste sea, opere su condición mayoritaria para perpetuarse en el poder, es un gravísimo atentado a la democracia, y un brutal agravio al libre albedrio de los ciudadanos que deben estar en posibilidad de decidir en las urnas si apoyan o no las alianzas electorales.
Hace años el PRI impuso en el diccionario político mexicano palabras y frases como “carrusel”, “ratón loco”, “operación tamal” y “compra de voto”. Hoy, además, pretende imponer la de “candidatura de moda”… eso le daría sentido a su interés de postular al galán de moda Enrique Peña Nieto, y a su futura esposa, otra bella de moda, La Gaviota.
MANCHÓN PENAL
Los damnificados inmediatos de la intentona antidemocrática del PRI serán el Partido Verde y Nueva Alianza. Sin candidaturas comunes con el PRI estarán condenados a desaparecer.