Recursos de agonía o creatividad.
Por René Ibáñez
Para no hacer una apología montonera sobre la historia de las ruinas de nuestra infraestructura ni en la deficiencia financiera y administrativa del municipio, bastaría mediante el ejercicio de la observación reactivar uno de los recursos más accesibles del que puede disponer todo el mundo: la creatividad.
Acostumbrados a trabajar sólo materialmente para dar niveles mínimos de resultados, encontramos que nuestra idiosincrasia se limita a realizar proyectos si y sólo si contamos con recursos financieros para solventarlos, ejercicio tan burdo que no se distancia mucho del niño que tiene un pequeño capital y lo gasta de forma desordenada para adquirir cualquier tipo de golosina.
Si la administración ejerce más de 60% de sus ingresos en el pago corriente, en los sueldos y demás, no encontramos en ello el remedio de nuestras enfermedades. Administraciones llegan y se van y dejan sólo una contribución a nuestra ruina. Suerte ha tenido el municipio de contar con ciudadanos que dan mucho más como sociedad y empresarios como economía generadora de empleos que las lánguidas acciones de una administración que se absorbe en sí misma.
La plenitud del caos.
Si el presidente municipal Salvador González Reséndiz condiciona nuestro desarrollo y compostura sólo mediante el ingreso o rescate financiero, nos llevará sólo a la plenitud del caos. Si él y su equipo de trabajo no proporcionan un plan de trabajo eficiente, interactivo y que involucre la participación social, sólo nos invitarán a peregrinar a nuestra propia ruina.
Quien le haya dicho que soltar frasecitas empalagosas en sus discursos y lo haga ver como el funcionario que se preocupa y no se ocupa, no es necesariamente un buen asesor. Se trata de encontrar puntos en común para accionar planes de gobierno socialmente sensibles, se trata de administrar mejor lo poco que tenga para atender aquello que es verdaderamente urgente, se trata, como titular de una administración, de convocar a los responsables de organismos, instituciones y empresarios para buscar salidas alternas.
Si buscamos una salida real a nuestros problemas, deberá realizarse mediante la sociedad y el gobierno, deberá articularse un plan de trabajo de funcionarios municipales con presidentes de colonias, deberá, desde luego, hacer una convocatoria inteligente hacia los grupos de empresarios que, estamos seguros, participarían con un plan de gobierno altamente eficiente.
Nadie en su mejor borrachera espera tener soluciones para siempre en una ciudad fluctuante y viva; nadie espera despertar y encontrar de la nada calles perfectamente limpias y reparadas; nadie espera encontrar un destino turístico en la gloria de su posicionamiento si quien preside una administración no es capaz de generar niveles de confianza en sus ciudadanos.
Uno más uno son dos y el que cuenta. (Garabatos patrióticos)
Unos cuantos metros de tela con los colores patrios colgados por las calles, avenidas y unos cuantos banners son apenas parte de las celebraciones que el H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta ha dispuesto para celebrar nuestras fiestas de septiembre para el valiente pueblo de Puerto Vallarta. Si además agregamos el lánguido programa cultural que también se sumará a las celebraciones, entenderemos-eso sí- que tendremos motivos para recordar a nuestros héroes que nos dieron independencia y soberanía.
Pero aunque 100 y 200 años después de que nuestros héroes comenzaran a luchar para tener el México que hoy disfrutamos, tanto ciudadanos honorables, como los otros que lo saquean, es valioso retomar el sentido de estas fechas sin más entusiasmo que aquel que nos insta a seguir contribuyendo para sacar adelante a nuestra patria.
Ciudadanos comprometidos.
Indudablemente, el trabajo cotidiano que realizan los ciudadanos vallartenses es motivo de orgullo, muchos, sobreviviendo a los retos de una economía apenas sostenible, valientes empresarios y empleados de toda escala salen valientemente a sacar a este destino turístico adelante.
No es por ello extraño que, pese a la corrupción de los grupos políticos locales y no pocos funcionarios, la gente de Puerto Vallarta ha sabido estoicamente tener metas claras de contribución social. Miles de niños y jóvenes, maestros con plaza y de asignatura acuden a sus aulas para buscar en el camino de la preparación y el conocimiento un derecho legítimo de un futuro mejor.
Es por ello que, pese a la tentación de señalar a toda esa larga lista de mediocres que manejan nuestra ciudad, estos garabatos son para celebrar a todos los ciudadanos que no se han detenido para luchar por sus familias y su ciudad, por aquellos que sin más, generosamente se toman la molestia de respetar los límites peatonales, por taxistas que ofrecen esmero y simpatía a nuestros visitantes y los usuarios locales, por las docenas de señoras que contribuyen a limpiar nuestras banquetas, por los miles de empleados que puntualmente llegan servir en sus trabajos y en la economía de nuestra localidad.
Gente valiosa.
Cómo no festejar a los otros personajes que han dado tanto por esta ciudad, hoteleros, restauranteros, empresas de diversos servicios que no paran de dar satisfacciones. A algunos compañeros de los medios, a los contados funcionarios públicos que honran la camiseta para ser lo que deberían de ser, funcionarios públicos.
Hace más de 10 años que llegué a esta ciudad, y cuando escribo estos garabatos me viene a la mente una gran cantidad de gente verdaderamente valiosa y comprometida. Cientos y miles de ellos que con la modestia que les caracteriza todos los días dan la cara por su ciudad. Esa gente, que es nuestra gente, no se masturba el ego con soluciones para siempre, sino que son capaces de asumir sus retos cotidianos, que siguen adelante sin puentes, con granadas, con gobiernos torpes e ineficaces, gente que merece mucho más de lo que la vida les da en la satisfacción de servir. Gente no de fábulas y ficciones patrocinadas por los mas media, gente común que no ocupa de discursos, que no perpetua clientelas, ni paga cuotas políticas, gente que quiere y ve por un México mejor para nuestros hijos de mañana y de pasado mañana.