*Recientemente jóvenes se instalan al ingreso de La Aurora para vender bolsas negras de plástico para la basura y en Francisco Villa un joven con venda en la cabeza y muletas, quien pide dinero a los automovilistas…
Por Mauricio Lira Camacho
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Puerto Vallarta, preso de la indigencia y mendicidad.
En los últimos años, la presencia de gente quien pide limosna en los cruceros y deambula en las calles, ha aumentado drásticamente, esto ante una falta de política gubernamental de atención.
Hace poco fue denunciado un caso, el de una mujer con su hijo quienes se ubican en el semáforo del crucero para entrar y salir del estacionamiento en la tienda Soriana de El Pitillal.
Además, de la persona de la tercera edad que vive literalmente en un terreno baldío, a un costado de las oficinas del partido revolucionario institucional, PRI.
El llamado “basuritas” que sigue caminando semidesnudo por la avenida de ingreso, en ocasiones gritando e insultando a las personas.
Un viejito con muletas que a duras penas anda para poder tomar el camión urbano, que lo lleve a su destino.
Tres personas afuera de la iglesia de nuestra señora de Guadalupe que viven gracias a la mendicidad.
En los cruceros de Fluvial Vallarta con las avenidas Prisciliano Sánchez y Francisco Villa, literalmente tomados por personas débiles visuales.
Además de una persona que pide cooperación, para una organización asistencial.
Recientemente en el crucero de Fluvial Vallarta, cerca del terreno sobre Prisciliano Sánchez, esta semana se instaló una persona con cobija en mano, quien con una pañoleta en la cabeza pide dinero a los automovilistas.
Uno más de la tercera edad, quien muy cerca del lugar donde atropellaron a Ivanna hace tres semanas, se instala con muchas cajas de cartón, su interés es la venta solamente.
Esto sin contar que en avenida Grandes Lagos, ocasionalmente se ubican algunos malabaristas y acróbatas, quienes aprovechan para obtener dinero.
Recientemente, al ingreso al conjunto habitacional de La Aurora, hay jóvenes que venden bolsas de plástico para la basura y en Francisco Villa, un joven con la cabeza vendada y muletas, que recorre con mucha dificultad para obtener de los automovilistas, algunas monedas a cambio, seguramente para poder comprar alimentos.